Sirvo en mi taza un poco de calma, reclamo en este sorbo un poco de alivio, ambos exhalamos un poco de paz; este es nuestro último café juntos, de muchos, este es el único, de tantos, este es el mejor; negro, sin azúcar, con gotas de sal.
No hay más frío en mi corazón, no hay más miedo ni más dolor, de trago en trago, uno que otro recuerdo; de suspiro en suspiro, uno que otro perdón; de tanto en tanto, una lágrima endulza la mar.
En este silencio retumba un adiós, mis ojos se aferran al susurro del viento; no tengo más miedo, aunque tiemblo por dentro. Deja ir tus temores en tu próximo aliento y en el último sorbo hay que decirnos, hasta luego.
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