Si sólo ves hacia abajo, la vida te mandará migajas para que sigas un rastro miserable a tu camino. Levanta esa mirada y desafía a la vida, que te ponga de frente montañas muy grandes, que aunque sean retos imponentes, hagan de tu camino, un agasajo para tu mente, y un compromiso para tu alma.
Déjale pues saber a la vida, que eres digno de un camino sinuoso, no olvidando cada huella, cada herida, cada lección aprendida. Otros pudieran necesitarla un día, para emerger de sus caídas.
Leave a Reply