No juzgues un cactus por sus espinas, admírale por su flor.
Tras parte más sobria de una expresión, hay un sentimiento protegido.

Nada como tus ojos para sonreir
No juzgues un cactus por sus espinas, admírale por su flor.
Tras parte más sobria de una expresión, hay un sentimiento protegido.
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