
Nada en el universo se desvanece totalmente, todo queda ligado energéticamente (emocionalmente). Los ciclos y las transformaciones estiran la cuerda de la distancia, pero la resiliencia en la mente nos mantiene presentes, unidos y fuertes, invadiendo de suspiros el viento, tanto que no quede espacio ni silencios entre los caminantes del tiempo.
Que por cierto te quiero.
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