El tiempo pasa leve, cuando solo hay un tiempo en el cual vivir.
Desayunar momentos, respirar recuerdos. Vivir de polo a polo, independiente pero consciente, de que cada paso dado por uno, es para dos. Comprometido pero indiferente, porque al final del día, cada quien duerme, en un universo diferente.
Escéptico pero soñador, porque aunque hay dos amaneceres distintos, dos corazones laten al mismo ritmo.
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